sábado, septiembre 30, 2006

"Nuestros padres nos mandan para que les enviemos dinero"


El Pais.es - Reportaje - "Mi padre me dijo: 'Vete a España y manda dinero a casa'. Luego me llevó a ver al morabito [líder religioso musulmán], que me dio un gri-gri [amuleto] y me advirtió: 'Cuando llegues a España, no olvides tu religión y, sobre todo, recuerda la pobreza que dejas atrás'. Yo no he venido aquí a estudiar. He venido a trabajar. A ganar dinero para enviárselo a mi padre y al morabito".

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Es demasiaso fuerte! Habría que enseñar a nuestros hijos y nietos que tienen de todo,¡DE TODO!, a que den gracias a Dios y que se acuerden de estos muchachos, de su misma edad, que han tenido que pasar por estas aventuras, algunos incluso han perdido su vida, por mejorar su estado y el de sus familias. Y que no tienen ni lo imprescindible. ¿Que hemos hecho con el mundo?

Anónimo dijo...

Realmente es terrible. El desarrollo del 3er. Mundo pasa por, al menos, cuatro pilares muy básicos:
1. Ayudas al desarrollo (para poner en pie infraestructuras y servicios)
2. Educación y formación (para que sepan explotar esas infraestructuras y sus recursos propios)
3. Cambiar las reglas del comercio mundial (para que puedan sacar beneficios y puedan vivir en sus paises)
4. Auténticos sistemas democráticos que impidan "volver a las andadas" (neocolonialismo de las grandes multinacionales y sus dictadores títeres locales).
Sin, al menos, estas cuatro medidas básicas seguirá habiendo miseria, frustración y pobreza masiva que es el auténtico "efecto llamada" (efecto expulsión, le llamaría yo) de la inmigración. Y, además, en algunos países, es el caldo de cultivo de terroristas.
Incluso algunas formas de supuesta "ayuda" pueden ser contraproducentes: mandarles cosas (mantas, comida, etc.) para allá lo único que hace es estimular la industria, la agricultura, el comercio, los transportes, etc. de aquí, de los países ricos. La recepción de esos productos allá lo único que haría es paliar la situación unos días, pero el problema de fondo continúa.
Como diría el senador José Macías: la temática del tema es muy compleja.

Anónimo dijo...

Esto es una desgracia que nos desborda. Es tremendo pensar que hay padres tan desesperados que no les queda más remedio que enviar a sus queridos hijos hacia un destino que saben que puede ser su muerte. No se cuál es la solución pero una medida que se debería tomar muy en serio por parte de los gobiernos de los países "desarrollados" es ayudar a esos otros países a salir de la miseria, enseñándoles a sacar provecho de sus tierras, de sus materias primas y de su ganado y prohibir de una vez que las multinacionales se aprovechen de sus riquezas, cuando a las gentes del país no les llega nada, sólo se enriquecen unos cuantos.
Otro medio es a través de las ONGs que están haciendo una gran labor.
Y por supuesto enseñar a nuestros hijos a compartir parte de lo que tienen con esos países, 6 euros al mes que saquen de su paga da de comer a un niño mucho tiempo.
En fin que no nos olvidemos que nuestros ascendentes no muy lejanos también fueron emigrantes y no eran escoria ni les quitaban el trabajo a los del país al que emigraban.

Anónimo dijo...

He leido integro lo referente a los niños que llegan a nuestras costas.No tienen la culpa ni los padres ni los jefes religiosos, mucho menos los niños, solo los que presumimos de cultura, de poder adquisitivo, de espiritu compasivo.No hay campañas ni gobiernos que solucionen una enesima parte de las necesidades de lo que llamamos de una forma insultante "tercer mundo".Por lo menos yo lo veo con un panoráma mucho más negro que sus pieles.