sábado, septiembre 22, 2007

Carta a Europa

Hace unos días leí un artículo en La Provincia,concretamente el 19 de septiembre, que reproduzco aqui, porque me encantó. Es del sacerdote jesuíta José Antonio Morillas. Espero que no se enfade por "robárselo". Dice así:
Carta a Europa.
Aunque han pasado unos meses, esta carta sigue teniendo actualidad ya que refleja los sentimientos respecto a los flujos migratorios de África a Europa. La escribió desde Burkina Faso, Jacques Lacour (Umoya) al que hoy es presidente de Francia y a los ministros del Interior de la UE. y que va más allá de las acusaciones mutuas entre Gobierno español y autonómico al echarse en cara no tomar medidas más drásticas.
Parece que una de sus actuales preocupaciones es poner límite al ininterrumpido flujo de refugiados que asedian las fronteras de Europa. Conocemos desde hace mucho tiempo la fuerza de esta presión y la existencia de miles de cadáveres que balizan las rutas del desierto cuando los viejos camiones caen extenuados, cuando en el Estrecho de Gibraltar naufragan las frágiles embarcaciones, o cuando en las autopistas europeas se olvidan de airear los contenedores o los tanques en los que viajan. Cuando un camino se cierra, otro se abre...¡y seguirá asi durante mucho tiempo! Uds seguirán fletando esos humillantes charters del "regreso al país", que tan profundamente hieren al hospitalario espíritu africano, pero nada de eso detendrá la llegada de refugiados económicos.
Seguirán llegando porque los gobiernos europeos no quisieron jamás que los campesinos africanos del África Occidental pudieran vivir del trabajo de su tierra. Porque ustedes no invierten en agricultura familiar, ni compran sus productos a un precio justo, para evitar que salgan de sus países; o de crear un clima propicio al desarrollo de productos locales. Ustedes desestabilizan los mercados con falsos precios manipulados a través del "dumping" y de las subvenciones. Y pregonan que comercio ultraliberal = desarrollo, receta que empobrece a los desfavorecidos y enriquece a los que ya lo están. Por desgracia, otras ayudas solo favorecen a Estados donde no se respetan los derechos humanos y florece la corrupción y el chantaje a los más débiles.
Llegarán porque esos jóvenes que abandonan el campo no encuentran perspectivas de futuro y los pocos empleos existentes solo llegan a una minoría que los acapara. Sólo quedan los caminos de la aventura que brilla ante sus ojos vía TV internacional y que les hace soñar con Europa.
Vendrán porque hacen falta en la construcción, en las tareas agrícolas en el servicio doméstico y en otros trabajos nada apetecibles para los europeos mejor instalados.
Cuando la UE sea consciente de que el mundo necesita de todas las agriculturas, cuando vea que es bueno y justo proteger los procesos productivos alimentarios de África, cuando deje de imponer acuerdos de libre comercio, cuando Europa deje de apoyar a las "democraduras" africanas, sólo entonces, señorías, disminuirá la presión en sus fronteras. ¡Valentía, señores!
Y lo firma José Antonio MOrillas Brandy, S.J.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena carta. Muy acertada.