viernes, octubre 26, 2007

Los tullidos de las pateras

Conocimos a Mamadou en la Clínica Santa Catalina, cuando ya casi no lloraba. Es un chiquillo encantador que solo sueña con tener papeles y dientes "bonitos", ya que ya no puede soñar con tener sus piernas y jugar al futbol. Tambien quiere aprender a leer y escribir y hace verdaderos esfuerzos por aprender español. Intentamos que nos autoricen a llevarlo a los salesianos, donde dos dias por semana se dan clases a inmigrantes, pero se necesitan permisos, y ya se sabe..."las cosas de palacio van despacio...". Ojalá y pueda alcanzar estos pequeños sueños que le den un poco de felicidad, ya que el grande, aquel que se le truncó un mal día, nunca podrá alcanzarlo...
Este es un reportaje de Juan Carlos de la Cal que habla de tantos y tantos sueños truncados, por intentar llegar al "paraíso". Lo publicamos con su autorización.


El Mundo.es - JUAN CARLOS DE LA CAL
El fin del sueño de Mamadou se acabó la mañana que se quitó la sábana. Acababa de despertarse tras pasar tres días inconsciente en un hospital de Gran Canaria. Estaba mareado y confundido. Lo último que recordaba era un mundo en azul, por el interminable horizonte marino, y negro, por las caras de sus compañeros de viaje. Y sus dos piernas, enteras, atadas con un sedal al banco de madera del cayuco.

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