lunes, agosto 11, 2008

El blindaje fronterizo atrapa a 3.000 africanos en Marruecos

Periódico de Cataluña, NACHO PARA
John Bull nació en Liberia hace 31 años. Desde hace dos, mendiga en la puerta de las mezquitas de Oujda (Marruecos) para sobrevivir. Su novia cruzó el Estrecho en patera hace dos meses. Él vive cerca, en un campamento improvisado en un bosque llamado La Collogne, junto a varios nigerianos, dos cameruneses, un congoleño y un etíope. “Esperamos la oportunidad de cruzar en patera y algunos ya hemos entregado 1.400 euros a la mafia”, revela Bull. ¿Y si os engañan y desaparecen con el dinero? “Sabemos dónde viven todos y dónde vive su familia”, responde con una sonrisa malévola.
No es fácil para un subsahariano esperar en Oujda. “En Casablanca y en Rabat vivíamos en casas, pero aquí nadie nos las quiere alquilar”, lamenta el camerunés Ekio. “No podemos subir a un taxi, coger un bus ni encontrar trabajo. Es como vivir en una cárcel”, resume Bull.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

LA CARA OCULTA DE LA INMIGRACION. Gracias al Diario de la Inmigración por informarnos de los que esperan "dar el salto", de la angustia que debe ser no poder "saltar" y no poder soportar mas vivir sin darlo. Nadie los quiere, todos los expolian. Espero ver que un dia esto sea declarado un delito contra la humanidad, si no, es que no he vivido entre humanos.

Anónimo dijo...

Efectivamente, cada vez me parece más que no estamos viviendo entre humanos...