jueves, enero 28, 2010

Desesperados, un grupo de inmigrantes ayunan y emprenden una caminata contra las deportaciones

Homestead (Florida), 26 ene (EFE).- Por más de una hora Juanita de Mendoza respondió una avalancha de preguntas para demostrar que su matrimonio con un estadounidense era legítimo, pero cuando sorpresivamente se le pidió que identificara cuál de las llaves de su esposo abría la puerta de su casa, la peruana titubeó.

Y esa reacción fue suficiente para que el agente de Inmigración colocara en un proceso de deportación a la peruana que había ingresado años antes al país con una visa de trabajo, pero cuando se venció decidió quedarse indocumentada.

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