domingo, marzo 07, 2010

La crisis amenaza con enviar a la ilegalidad a los inmigrantes en paro

JUAN TALLÓN - OURENSE
La inmigración es una crisis en sí misma. No necesita una debacle financiera, un desplome bursátil, una caída del PIB. Pero si todo esto se produce, su crisis perpetua se ahonda. No hay flujo migratorio que no nazca de la insatisfacción, el atolladero, la depresión, y que no intente un desplazamiento hacia un escenario más próspero. Por eso la inmigración no cesa. Como mucho, varía su rumbo. 'La crisis -subraya Antonio Aguarón, subdirector xeral de Inmigración- afecta a todo el mundo por igual. En el actual contexto, con un mercado laboral restringido, las dificultades también las paga la inmigración'.

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