domingo, enero 16, 2011

Próspero negocio propio en tierra ajena

MAR FERRAGUT. PALMA Arrancar un negocio no es fácil. Para nadie. Miles de horas de trabajo, noches sin dormir, calculadoras que echan humo y demasiadas tentaciones de abandonar. Si además no estás en tu país de origen, las complicaciones se duplican: partes de cero y sin apenas apoyos y a veces tienes que bregar con diferencias culturales o lingüísticas. El que emprende en tierra ajena se lanza al ´más difícil todavía´. Y algunos, como los funambulistas, logran deslizarse con gracia sobre el alambre.

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