Isidoro es uno de esos héroes anónimos que prefieren pasar desapercibidos aunque sus manos han ayudado a muchos de esos negros que cruzan el Estrecho en patera con sus cuerpos ateridos, los labios amoratados y un futuro más que incierto.
"Quiero caminar y que nadie me conozca", cuenta quien una mañana, mientras paseaba por Madrid, escuchó de los labios de una señora un afectuoso 'gracias' por hacer lo que hace. Pero, ¿qué es lo que hace este cura franciscano para ganarse el cariño de la gente? "Poner a la persona por encima de la ley, simple y llanamente", repite hasta la saciedad mientras enseña al periodista su casa de Algeciras, el cobijo de muchos de los proscritos.
(Leer más...)
http://www.elmundo.es/andalucia/2014/01/12/52ce922522601dff738b4575.html
"Quiero caminar y que nadie me conozca", cuenta quien una mañana, mientras paseaba por Madrid, escuchó de los labios de una señora un afectuoso 'gracias' por hacer lo que hace. Pero, ¿qué es lo que hace este cura franciscano para ganarse el cariño de la gente? "Poner a la persona por encima de la ley, simple y llanamente", repite hasta la saciedad mientras enseña al periodista su casa de Algeciras, el cobijo de muchos de los proscritos.
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