domingo, junio 22, 2014

Fosas anónimas y los niños “sin papeles” (La delgada línea roja)

Clarin.com Mundo 22/06/14 En México siguen apareciendo cadáveres, desapareciendo personas y exportando niños. Esta semana descubrieron otras 12 fosas clandestinas con 31 muertos recientes, todos con impactos de balas, y sólo pudieron identificar a siete. La cifra oficial de desaparecidos, de acuerdo al ministro de la Gobernación, Angel Osorio Chong, es de más de 16.000. Y los menores de edad que cruzaron solos la frontera con Estados Unidos y se encuentran internados en bases militares hasta que se resuelva su situación esta semana llegó a los 11.577. Todos signos de un gran desprecio por la vida. México es un queso gruyere repleto de agujeros por donde los sicarios del narcotráfico intentan hacer desaparecer a sus víctimas. El ministerio de Defensa informó que entre 2011 y 2013 se descubrieron 198 fosas clandestinas con 466 cadáveres. Pero no parece una cifra muy confiable, sólo en el estado de Durango en ese tiempo hallaron 12 pozos con más de 300 muertos y en Jalisco aparecieron otros 80 cadáveres en diciembre del año pasado. El colmo fue la confesión, hace dos años, de un monstruo denominado El Pozolero porque cocinaba en ácido los cadáveres que dejaban los pistoleros del cartel de Tijuana, como si fuera el popular guiso del pozole, y así se deshizo de al menos 300 cadáveres. El negocio de 500.000 millones de dólares al año que deja la droga pareciera que es lo suficientemente próspero para mucha gente con poder como para darse el lujo de dejar esos “daños colaterales”. La “narcoguerra” que lanzó en 2006 el ex presidente Felipe Calderón y que continúa, aunque con menor intensidad, el actual presidente Peña Nieto, dejó entre 70.000 y 120.000 muertos. La mayoría de estas víctimas, muchos sicarios que integraban los carteles, eran jóvenes que con oportunidades podrían haber tenido otra vida. Las mismas oportunidades que muchos padres ahora sólo ven lanzando a sus hijos por encima de la valla que los separa de la prosperidad estadounidense. Y que en estas últimas semanas se tradujo en una verdadera sangría de niños y adolescentes mexicanos y centroamericanos que cruzan la frontera para sobrevivir.

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