lunes, mayo 18, 2015

Inmigración: el gran suspenso de la Unión Europea

La reunión extraordinaria de la Eurocámara, tras la última tragedia en el Mediterráneo, se centró en reforzar las fronteras y no en salvar vidas ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Gil Arias, director adjunto de Frontex, sostiene que las labores de salvamento pueden tener 'efecto llamada'. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Con el Operativo Tritón, organizado por Frontex, ya han muerto unas 1.750 personas frente a las costas italianas en lo que va de año. Con el Operativo Mare Nostrum sólo fallecieron 50 en el mismo periodo ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- En una década, la pasada, Canarias recibió a 68.000 inmigrantes por mar. En solo un año, 2014, Lampedusa ha recibido a 170.000 ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- España recibió el pasado año 5.615 peticiones de asilo, apenas un 0,9 de todas las registradas en la Unión. Sólo concedió el 44% ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Belén Molina - Las Palmas de Gran Canaria Mueren a cientos, a millares, pero la Unión Europea sigue siendo incapaz de articular soluciones que eviten las tragedias que nos deja la inmigración delante de nuestras puertas comunitarias. En lo que va de año han fallecido ahogados entre 1.500 y 1.750 personas que intentaban llegar a Lampedusa o Sicilia. Los últimos, hace dos semanas. En realidad, no se sabe cuántos hombres, mujeres, adolescentes, niños y hasta bebés han quedado por el camino. Es lo que tiene la inmigración clandestina: las cifras de desaparecidos son siempre inciertas. Pero siempre demoledoras. El último palo fue la muerte de entre 700 y 900 personas tras naufragar el pasado 18 de abril el barco en el que partieron desde Libia con destino a Lampedusa. Un golpe que obligó a convocar una cumbre de urgencia en Bruselas, el pasado 23 de abril, en la que, una vez más, se ha hablado mucho pero se ha llegado a pocos acuerdos concretos, salvo hacer hincapié en el control de fronteras, que en eso están todos los países miembros de acuerdo, y no en la ayuda en origen a quienes huyen de conflictos armados y países en guerra. Lampedusa, Sicilia y Malta, en el enclave del Canal de Sicilia, han sustituido lo que hace poco más de una década era la ruta sahariana hacia Canarias. La presión de la inmigración llegada por mar es apenas hoy residual en el Archipiélago, pero hace apenas nueve años levantó las alarmas y vaticinó que lo peor estaba por llegar. El control de fronteras en el noroeste africano ha obligado a buscar otras rutas de entrada a Europa. En 2006 ya se nombraba a Libia como futuro puerto de salida de embarcaciones con inmigrantes. El blindaje de Marruecos, Mauritania y Senegal obligó a rutas más peligrosas por las corrientes marinas y más alejadas del destino. Canarias pasó de estar a apenas 100 kilómetros de distancia a estar a más de 500. Los puntos de salida bajaron a Guinea Bissau y hubo barcos en desguace atracados en Guinea Conakry que se habilitaron como medio de transporte haciendo aguas, como el ‘Ashva’, que trasladó hasta Tenerife a 111 inmigrantes hacinados en las bodegas. Nunca hasta entonces, año 2001, se había visto un barco negrero en el puerto de Santa Cruz de Tenerife. En una década, la pasada, Canarias vivió la llegada en cayucos de unas 68.000 personas, la mayoría subsaharianas, aunque también llegaron algunos barcos con ciudadanos de Birmania y Pakistán. Esa inmigración ha modelado sus matices y una diminuta isla italiana de 20 kilómetros cuadrados y a 113 kilómetros de Túnez se ha convertido en puerta de entrada a Europa. Sólo en 2014 recibió a unos 170.000 inmigrantes. La diferencia es que la mayoría de quienes arribaban a las costas isleñas, sobre todo de Tenerife y Gran Canaria, eran inmigrantes que buscaban un futuro mejor para ellos y sus familias, deslumbrados por anuncios de televisión y otros mensajes de opulencia en aquella época de vacas gordas. No era pequeña la decepción de muchos de esos hombres y mujeres al comprobar que desde Canarias al continente aún les quedaba el viaje más largo si eludían la repatriación, lo que lograron la mayoría de menores de edad. Hubo algunos solicitantes de asilo, pero muy pocos. Baste como ejemplo que en 2006, año de ‘la crisis de los cayucos’, se tramitaron en el Archipiélago 366 de esas peticiones, es decir, que algo más de un 1% de los inmigrantes por mar alegaron persecución, estar en peligro por motivos políticos y temer por sus vidas. Uno de esos casos, pero en 2009, fue el de Abdoulaye Coulibaly, un negro albino de Mali que fue rescatado a pocas millas de Tenerife de la barcaza en la que viajaba por una patrullera de Salvamento Marino. Coulibaly fue el primer negro albino de Mali que consiguió el estatuto de refugiado gracias a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), y ello porque hay evidencias de que los albinos son considerados seres mágicos por las creencias animistas, que conviven en gran parte de países africanos con el islamismo o el cristianismo. En Tanzania los parten a trocitos, literalmente, porque un dedo puede tener un poder protector; una pierna puede sanar enfermedades, y hasta los huesos sirven para hacer pócimas. La sangre otorga poderes sobrenaturales a quien la bebe y por una mano se puede llegar a pagar hasta 400 dólares. El Gobierno de Rodríguez Zapatero entendió que, dado que el animismo está comprobado en Mali, este joven debía tener protección internacional. Tuvo suerte porque el ugandés y albino Emanuel Mukasa estuvo retenido en el Centro de Internamiento de Melilla, en 2012, cerca de dos años hasta que la presión popular logró que le concedieran el asilo, después de que su solicitud se renovara hasta en tres ocasiones. Ahora es distinto. Quienes se juegan la vida por cambiar de continente y poner distancia a sus miserias son desplazados de sus países de origen, refugiados, perseguidos políticos y, en definitiva, gente que huye a la desesperada de países en descomposición. En el carguero que naufragó en abril, 150 de los ocupantes procedían de Eritrea (en un año, el pasado, 34.000 eritreos han llegado a las costas italianas), además de sirios, somalíes y algún subsahariano. También se llenan esos buques de asiáticos de Afganistán, de Pakistán, de Bangladesh. Ya no es que busquen una vida mejor, derecho universal reconocido por Naciones Unidas a todo ser humano. Lo que buscan es salvarla, aunque la pierdan en el intento. " El efecto llamada" de salvar vidas La reunión extraordinaria de la Comisión Europea en Bruselas del pasado 23 de abril fue calificada de decepcionante por organizaciones humanitarias. Las críticas han sido generalizadas por escabullirse una vez más de la raíz del problema y poco menos que hacer teatro con las intenciones de salvar vidas, cuando el hincapié se ha puesto en reforzar fronteras, lograr acuerdos con países terceros para aceptar repatriados, y reforzar la operación de vigilancia en las costas del Mediterráneo (aunque en la actualidad se refieren a Italia y Malta) con nueve millones de euros mensuales (lo que cuesta un tramo ferroviario del AVE), tres veces más que hasta ahora. Amnistía Internacional y Human Right Watch criticaron la escasez de medios para salvamento en aguas del Mediterráneo y pidieron una operación humanitaria multinacional europea, según afirmó Karen Allen, directora de Amnistía Internacional en el Reino Unido a la BBC. “Pedimos que se actúe rápidamente ante personas que están en peligro, que se refuercen las acciones de salvamento y rescate, porque Frontex (la agencia europea para el control de fronteras) no se dedica al salvamento”. El 3 de octubre de 2013, un barco con unos 500 inmigrantes a bordo se incendió. Murieron 380 personas, incluidos niños. Una semana después, una barca naufragó y perecieron más de 200 personas. El Gobierno italiano, en solitario, lanzó el operativo Mare Nostrum, con un coste de 9 millones de euros mensuales. Disponía de cuatro helicópteros, tres aviones, dos patrulleros, dos corbetas, dos drones y una nave anfibia. Podía operar hasta un radio de 110 millas náuticas, lo que le permitía adentrarse o sobrevolar aguas territoriales libias, y tenía como principal misión el rescate de las embarcaciones clandestinas. El 1 de noviembre de 2014, Frontex sustituyó ese operativo por otro llamado Tritón, duramente criticado. En el intervienen 21 países de la UE, pero su coste, hasta la reunión de urgencia de Bruselas, era de solo tres millones de euros mensuales, tan sólo cuenta con un helicóptero, dos aviones y siete patrulleros, y su radio de acción se limita a aguas italianas. Entre sus objetivos, una vez más, vemos el de proteger fronteras, sin un mandato de salvamento. Las diferencias son notables. Tan notables como que con Mare Nostrum tan sólo murieron ahogados entre enero y abril de 2014 unas 50 personas, mientras que en lo que va de año, los fallecidos, como apuntábamos más arriba, ya son unos 1.750 los ahogados, según datos de la Organización Internacional de las Migraciones. El director adjunto de Frontex, Gil Arias, afirmaba a la Cadena Ser, en diciembre de 2013, que "estamos comprobando que (las barcas) sólo llevan combustible no para llegar a Lampedusa o Sicilia, sino que llevan la mitad del tanque, sólo llevan lo imprescindible para llegar a la zona donde están las patrulleras italianas". Y añadía, en una crítica al dispositivo Mare Nostrum, que "los naufragios no tienen una influencia definitiva en el incremento o disminución de los flujos, quizás porque en los países de origen no son suficientemente conocidos. Aunque han salido en todos los medios de comunicación del mundo pero las redes que captan a los inmigrantes siguen atrayendo a los inmigrantes que se arriesgan en el viaje por vía marítima y lo que sin duda puede tener un efecto llamada es el hecho conocido de que hay más barcos patrullando el Mediterráneo y que en caso de tener problemas en el trayecto los inmigrantes saben que ahora sería más fácil que se les rescatase”. http://www.eldiario.es/canariasahora/premium_en_abierto/Inmigracion-gran-suspenso-Union-Europea_0_388111299.html

No hay comentarios: