miércoles, febrero 10, 2016

Profesores voluntarios, la otra cara de la inmigración en Hungría

Más allá de las vallas y el cierre de las fronteras, la política migratoria de Hungría tiene otra cara. Como todos los sábados durante 13 semanas un grupo de refugiados registrados en Hungría reciben clases de inglés en la Universidad Central Europea de Budapest. Los alumnos proceden de países como Somalia, Siria, Irán, Afganistán, Pakistán, Sudán, etc, y los profesores son voluntarios. Uno de los estudiantes es Basil, palestino de Gaza. Decidió venir a Europa después de la destrucción de su casa. Basil Hararah, refugiado palestino: “La última guerra en Gaza fue a mediados de 2014 y destruyó la mayor parte de las cosas que tenía, por eso tuve que irme.” Basil asegura que estos cursos son muy útiles, ya que su objetivo es estudiar y trabajar aquí como ingeniero. Además de clases de inglés, tiene cursos sobre Derechos Humanos, matemáticas y tutoriales para escribir curriculos, además de un “manual sobre la vida en Hungría” que está deseando dominar. Según uno de los organizadores de este curso llamado OLIve, está funcionando tan bien que ya están planeando organizar el siguiente. Prem Rajaram, director de equipo Open Learning Initiative: “Cuando llegan aquí, tienen las cosas muy difíciles. Reciben muy poco apoyo del Gobierno, muy poca ayuda en lo relativo a la educación o la enseñanza de idiomas o en los asuntos prácticos, por lo que ven esto como una oportunidad para ayudarles a encontrar su camino.” El curso es gratuito y los profesores son voluntarios que no se lo pensaron dos veces antes de dedicar sus fines de semana a los refugiados. Eszter Timár, profesor de inglés: “Hablamos mucho acerca de ayudar a los refugiados y como sabemos las terribles situaciones que tienen en sus países de origen pensé que no es suficiente ayudar sólo con palabras, y me dije, “tengo que hacer algo”. Soy profesor, es lo que puedo ofrecerles, y eso es lo que les estoy dando.” Aunque Basil quería empezar su nueva vida en Bélgica, en virtud del acuerdo de Dublín II se vio obligado a volver a Hungría, donde se registró por primera vez cuando entró en la UE. Un país que está empezando a apreciar. Basil Hararah: “Todos los rumores decían que Hungría no era un buen lugar para vivir, pero ahora como llevo más de siete meses aquí, creo que no es tan malo, puedo asentarme aquí. Por lo menos es más seguro que Gaza.” Para Basil, una de las mejores cosas de este curso es que conoce gente en un país donde no tiene a nadie. Vea más en este enlace: https://www.ceu.edu/article/2016-01-21/ceu-launches-open-learning-initiative-weekend-courses-registered-refugees#sthash.5AFiBfH3.dpuf

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